jueves, 3 de junio de 2021

Ética en lo digital e Internet Justo

El concepto de Internet Justo supone que Internet es un bien común, entendido como algo de lo que se benefician todos los ciudadanos, que debe ser accesible para todos y no debe estar en manos de particulares o gobiernos que lo dirijan o manipulen para sus propios fines. En el Internet Justo todos aquellos que lo usan se benefician, estableciendo acuerdos voluntarios y mutuamente provechosos entre sus diferentes partes, sin que terceros salgan perjudicados.


Así pues, este concepto de Internet Justo nos lleva a proteger aquello que lo preserva como bien común y a rechazar los usos egoístas y que perjudican a parte de sus usuarios. Para poder llevar a cabo este concepto de Internet hace falta una ética personal. La ética que nos guía en la Red es aquella que nos lleva a preservar su viabilidad, tanto en el aspecto económico, como el social, como en el personal. No sería ético, ya que atenta contra otros ciudadanos digitales, reenviar mensajes falsos sabiendo que lo son, por ejemplo. Tampoco lo sería descargar un libro de forma gratuita si su autor todavía conserva los derechos, aunque podamos hacerlo y nadie nos vaya a decir nada.

Busom, en su artículo Prolegómenos para una ética digital, nombra 5 deberes a los que lleva la ética digital de los que destacamos 4 de ellos:
  1. Deber de transparencia: La opacidad va en contra de una ética digital. Lo que ocurre en la red debe ser registrado y se debe luchar contra todo fraude.
  2. Deber de ecuanimidad: se busca un equilibrio en la red que evite los monopolios y control de las minorías poderosas sobre el uso y acceso de la información.
  3. Deber de participación: se promueve la participación activa y se vela por el buen comportamiento en la sociedad digital.
  4. Deber de protección: la salud, la higiene y la seguridad en la red corresponden a una responsabilidad colectiva
Una de las características del mundo digital es que, a diferencia del mundo real, muchas de las cosas que hacemos son totalmente invisibles para los demás y aunque, al menos en teoría, todo es rastreable, la realidad es que para mucha gente Internet no es más que un gran territorio sin ley, donde todo es posible.

Si entramos en un supermercado y nos llevamos sin pagar un litro de leche, lo más normal es que nos paren a la salida y nos pidan explicaciones.  Si entramos en Internet y nos descargamos una película sin pagar, lo más normal es que nadie nos diga nada ni nos pidan explicaciones. Esto es lo que hace que aquí, más que en otra parte, sea necesaria una ética de la conducta. La viabilidad de la sociedad digital depende directamente del buen comportamiento de sus ciudadanos, los ciudadanos digitales.


Para que Internet sea realmente justo y un bien común sostenible, es imprescindible la ética en todo lo que concierne a nuestra relación con la Red.

Ética en el mundo digital


Del mismo modo que en los últimos tiempos se habla de el comercio justo, donde el ciudadano de a pie intenta comprar productos que haya sido obtenidos de una forma éticamente sostenible en lo económico, social y ambiental de forma que, voluntariamente, comprador y vendedor llegan a un acuerdo favorable a ambas partes, en Internet podemos hablar también del mismo concepto en relación con los servicios que utilizamos. Esto nos lleva al concepto de
 Internet Justo.